Con el hombre de acero surcando el cielo y el murciélago de vacaciones, nos traemos al payaso a Mallorca. Bueno, a la payasa. <<The People’s Joker>>, la parodia queer de los personajes de DC, podrá verse en este Atlàntida Mallorca Film Fest 2025.
Un pequeño fenómeno que pasó de armar una buena en el Festival de Toronto a colarse en todas las listas de lo mejor del año. Con los superhéroes en auge de nuevo, creemos que es un buen momento para ir a los bajos fondos y lanzar este alegato reivindicando todos esos “Bootlegs”, “Fan fiction” y otros subproductos sobre los cómics que pueblan nuestras estanterías. Empecemos.

Bootleg: hecho de forma ilegal, copiado o vendido – Diccionario Cambridge
Hace un par de años, los más fans de la franquicia superheroica por excelencia miraban atónitos a la pantalla cuando veían cómo en el galimatías multivérsico de <<The Flash>>, un Nicolas Cage digitalizado (¡Con melena ondeando al viento!) y enfundado en un traje de Superman se enfrentaba a un monstruo arácnido y lo fulminaba con la visión láser.
La secuencia hacía referencia a <<Superman Lives>>, un macroproyecto a cuatro manos por Kevin Smith en el guión y Tim Burton en la dirección, una fantasía que nunca fue hecha realidad. Una superproducción que rezumaba años 90 por todos lados frustrada debido a la odisea que fue llevarla a cabo.
Entre maquetas imposibles, filtraciones indeseadas, un casting sobrepagado y melenas controvertidas, Warner Bros. cerró la persiana ante el posible “backlash” de un fandom que ya era lo suficientemente mediático por entonces.
De paso, también sirvió para pararle los pies a Jon Peters, el incontrolable productor del film (y exmarido de Barbra Streisand), que según el director ejerció demasiado control creativo y cuyas excentricidades (que Paul Thomas Anderson y Bradley Cooper reflejaron en <<Licorice Pizza>>), entre las que se contaban sesiones de Judo indeseadas con los dibujantes de Storyboards, hicieron imposible trabajar con él.

Si queréis indagar más, la historia se recoge en un documento que no tiene desperdicio, el documental “The Death of Superman Lives”, algo así como el <<Jodorowsky’s Dune>> de Tim Burton. A modo de curiosidad, la araña gigante construida para el film de Burton fue empleada más tarde para <<Wild Wild West>>. En Hollywood no se tira nada.
El rescate de este proyecto fallido, ni que fuera, por unos minutos, sació a los abonados al “What…If”? (tan de moda en la acera de enfrente) y puso de manifiesto el hecho de que las narrativas del multiverso son inagotables y que poco sentido que las fantasías húmedas de los fans no estén incorporadas en el tablero.
En un plano donde ya todo es meta y la idea de los multiversos ha calado tan profundo, el “Bootleg” emerge como un contenido de lo más jugoso tanto para fans como para directivos de traje y corbata.
Y, a ver, tampoco es que sea nada nuevo, si echamos la vista atrás, encontramos este otro «Bootleg» icónico (oficial y canónico) que podríamos definir como, “molt nostrat”; <<Batman en Barcelona: el caballero del dragón>>. Motivado por la huída de Arkham del reptil Killer Croc, El Caballero Oscuro viaja a Barcelona para invocar a la leyenda de Sant Jordi, empuñar una espada y darle caza en lo alto de la Sagrada Familia. El tebeo fue lanzado durante la Diada, gozó de un gran éxito y a día de hoy guarda un lugar muy querido en las bibliotecas de todos los fans catalanes.

En ese sentido, y sin spoilear demasiado, pudimos comprobar como uno de los estrenos más esperados por la comunidad DCera, <<Joker: Folie a Deux>>, llevaba también al límite esta idea de la «Fan fiction». Sabemos que es un poco arriesgado meterse ahí, pero desde la redacción de Atlàntida nos sobran las teorías.
Probablemente inspirado por la <<Corazonada>> de Francis Ford Coppola, Todd Phillips se marcó un musical antisistema cuyo público, aquél que jaleó el estallido reaccionario de la primera entrega, enfureció al encontrarse con semejante OVNI. Porque una peli de superhéroes puede ser oscura y remitir a un mundo adulto. Pero por algún motivo, eso no no se puede contar ni cantando ni bailando. Eso no.

Pero más allá de las fantasías Coppolianas y el fatalismo de Phoenix y GaGa, aquí de lo que hemos venido a hablar es de nuestra versión favorita del payaso (y no, no es la de Nolan), <<The People’s Joker>>.
Se trata del debut de Vera Drew, una directora trans que previamente fue una montadora especializada en los tempos de la comedia, ya que en su currículum aparecen series y espectáculos de los cómicos Sacha Baron Cohen, Tim Heidecker además de la célebre <<Nathan For You>>, de Nathan Fielder (<<Los Ensayos>>), donde estuvo en el equipo técnico.

Así que esta “curranta” del mundo del cine y de la comedia logró levantar de su bolsillo y sacrificio la parodia definitiva sobre el payaso más icónico de la historia del cómic. Una parodia “queer” que nos habla de su proceso de transición, pero también del desamor y por supuesto de homofobia, todo ello ambientado en el submundo de la “Stand Up”Comedy. En fin, un delirio.
Un delirio que, por supuesto, llevó a Warner Bros a levantar la ceja y a tomar acciones contra Drew y el Festival de Toronto, obligando a cancelar el estreno y convertir la distribución del film en una auténtico infierno.
Pero el destino terminó por poner las cosas en su lugar. Meses más tarde, <<The People’s Joker>> fue votada por Variety como una de las 10 mejores películas del año además de estar nominada a multitud de premios, entre ellos el prestigioso John Cassevetes de los Independent Spirit Awards. Todo un éxito para una película hecha con poco, entre pocas y perseguida por muchos.

A medio camino entre el coming of age y un «villain origin story» de lo más clásico , Drew nos mete en el cuerpo de una niña de Smalville (el famoso pueblo de Clark Kent) que pasa los días pegada a la televisión adicta a shows de comedia y permanentemente en crisis, ya que habita un cuerpo que no siente como propio. Una situación a la que su madre decide poner remedio mediante un tratamiento de peligrosos ansiolíticos que la trastocan para siempre.
Años más tarde, y ya en Gotham, traba amistad con Oswald Cobblepot («El Pingüino») y juntos tratan de levantar un show de comedia subversiva en un mundo que se ha olvidado de reír. Un universo fascista y distópico en el que Batman ya no es solo un cruzado con capa, sino un excéntrico multimillonario tecnócrata con un ojo que todo lo ve.

Un refugio para los fans que nos reconcilia con el universo de las «Fan fiction» y que ante todo nos dice que esto no tiene por que ser solo el universo de DC, sino que puede (y debe) ser el de todes.
Y, por si os lo estabais preguntando, sí, a Vera Drew le encantó <<Joker: Folie a deux>>. Aquí su review