Desde su estreno en el Festival de Cannes —donde compitió por la Palma de Oro—, el fenómeno <<Eddington>> ha generado intensos debates y ha dividido opiniones allá donde se presenta. Al mismo tiempo, ha consolidado a su director, Ari Aster, como uno de los cineastas más provocadores de su generación. Sin duda, se trata de uno de los títulos más esperados de este Atlàntida Mallorca Film Fest, donde se proyectará en primicia. Todo apunta a que podría convertirse en una auténtica obra de culto.
En los últimos años, Ari Aster (Nueva York, 1986) se ha consolidado como una de las voces más influyentes del cine de terror. Con <<Midsommar>>, <<Hereditary>>, o la desconcertante <<Beau tiene miedo>>, el director ha explorado traumas sociales, tensiones culturales y obsesiones de la era contemporánea a través de un género en ocasiones relegado a festivales y rara vez considerado digno de los galardones más reconocidos o del beneplácito del público.
Aster redefine el terror moderno al incorporar una dimensión social que dialoga con las horrores colectivos de nuestro tiempo, como la desigualdad, el machismo, el racismo o el duelo, entre otras. Al igual que cineastas como Jordan Peele (<<Déjame salir>>), Trey Edward Shults (<<Llega la noche>>), Robert Eggers (<<La bruja>>) o Rose Glass (<<Saint Maud>>), y casi siempre bajo el manto de A24, imprime a sus películas una identidad visual y narrativa que eleva el género hacia un estilo más autoral, relegando la gratuidad del gore y el susto fácil en favor de una densidad temática y estética poco habitual en el mainstream.
<<Eddington>> nos traslada a la ciudad ficticia que da nombre al film, situada cerca de Albuquerque. La historia transcurre en 2020, justo después del confinamiento y cuando las restricciones empiezan a relajarse. En este contexto, el paranoico sheriff Joe Cross (Joaquin Phoenix) se enfrenta a su antagonista, el ambicioso alcalde Ted Garcia (Pedro Pascal), que quiere recuperar el esplendor de la ciudad albergando un colosal centro de datos que promete prosperidad.
Phoenix, en su papel de sheriff, encarna un personaje manipulable y controlado por las conspiraciones que se difunden a través de las redes sociales, convencido de su papel como “salvador”, queriendo proteger Eddington de todos los conflictos “woke” que nada tienen que ver con su comunidad. En un giro que difumina los límites entre política y espectáculo – y que evoca a figuras reales que transforman sus discursos en pura performance- decide postularse a la alcaldía, enfrentándose a un adversario que encarna todo aquello que detesta.
Así, con la etapa del terror psicológico ya superada, Aster nos sitúa ahora en un territorio híbrido entre el western, el thriller y el horror, funcionando como un espejo distorsionado de los traumas colectivos de la sociedad estadounidense. Con una narrativa simbólica con tintes oníricos y grotescos nos presenta una ambiciosa sátira en miniatura de Estados Unidos que pone el foco en la división social, el auge del conspiracionismo, la manipulación mediática y la erosión del sentido común.
Estados Unidos, el país que colocó al capitalismo salvaje en el foco de sus grandes esperanzas, se queda dormido ahora en su sueño americano convertido en pesadilla. Y para Aster, ya no hacen falta monstruos ni fantasmas para orquestarla: basta con mirar a nuestro alrededor. Como explicó en Cannes, escribió <<Eddington>> “en un estado de miedo y ansiedad por el mundo”, retratando un país que, en su opinión, está “mal”.
Para <<Eddington>>, Aster hace suyos referentes tan diversos como <<Sin perdón>>, de Clint Eastwood, <<Grupo salvaje>>, de Sam Peckinpah, o<<Nashville>>. Además, nutriéndose del cine de conspiraciones, menciona <<JFK: Caso abierto>> de Oliver Stone.
Así pues, más que una obra de terror, Aster nos entrega una sátira oscura que provoca risa y pavor a partes iguales. ¿Nos asusta <<Eddington>> porque es extraña? ¿O porque, como todo buen espejo roto, devuelve una imagen demasiado familiar?